HASTA EL MEJOR ESCRIBANO ECHA UN BORRÓN...
Entendemos con este dicho popular que cualquier persona, en su especialidad, y aun siendo el mejor profesional en ella, puede tener un desliz o cometer un error.
Particularmente, no me considero el mejor en nada de lo que hago, tan sólo tengo la intención de disfrutar del baloncesto tanto como pueda, en la vertiente de entrenador o en la vertiente de jugador y pongo todo mi empeño y mi ilusión en ello. Por ello, y sin ser el mejor, considero que he cometido un gran error, del cual me arrepiento. Como ya ponía en la entrada anterior, una persona que lleva mucho más años que yo en el mundo del baloncesto y que sabe mucho más que yo de esto, me dijo que en este deporte y con el paso del tiempo, nos vamos a encontrar con arbitrajes buenos, malos, regulares, más caseros, más permisivos, menos permisivos... con lo cual no merece la pena prestarle demasiada atención a ello ni darle excesiva importancia. Y más cuando en las últimas semanas me he dado cuenta de que sí que hay gente que arbitra bien, que son imparciales y que hacen su papel de la mejor manera posible; como por ejemplo dos de los chicos más jóvenes que están empezando aquí en Plasencia o el buen arbitraje que tuve en Cáceres en el último partido de las niñas (para los más suspicaces y/o malpensados, también perdieron).
Es por todo esto que me gustaría pedir perdón al área de árbitros de la Fexb, entrenadores de Villanueva y todo aquel que se haya sentido ofendido por el artículo en el que hablo del arbitraje de ese partido. Siempre ha sido mi intención colaborar con el árbitro en todo lo posible, antes durante y después de los partidos; y todo aquel que me conoce lo puede decir... Por ello, pensándolo en frío, mi reacción fue desmedida e injustificable y me siento muy arrepentido de ello. Aunque no se pueda cambiar lo que uno ha hecho, creo que mucha gente se merece una disculpa, como así trato de hacer con estas líneas; además de pedir comprensión por mi error y de prometer firmemente que algo así no saldrá de mí nunca más.
Fdo: Alberto Carrón